-Bueno, de todos modos nunca hemos tenido claro si el anillo de compromiso iba en la izquierda o en la derecha, ¿no? Dijo sin inmutarse, mientras me lo ponía en la otra mano, que estaba perfecta.
martes, 12 de junio de 2012
El anillo de pedida
Íbamos a dar un paseo por la playa y me quería coger de la mano pero yo me empeñaba en esconder ambas en los bolsillos de la gabardina. Hablábamos de tonterías y yo estaba más nerviosa conforme pasaba el tiempo, buscando temas de conversación disparatados. Finalmente, me agarraba por los hombros para detenerme, sacaba una caja del bolsillo de su chaqueta y una de mis manos del bolsillo de la mía. Yo gritaba que no, pero, sin hacerme caso, cogía un anillo con una flor pequeñita de brillantes e intentaba ponérmelo. Entonces se daba cuenta de lo que yo intentaba esconder...¡no tenía anular! Era como si me lo hubiesen cortado y hubiese cicatrizado en tiempo récord.
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Es un relato genial, tan bien escrito :')
ResponderEliminarCreo que me gusta el dedo anular... es tan torpe xD por eso los anillos van en él, ¿no? para que se sienta realizado
Anulando el dedo anular, mola.
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