Salí de una biblioteca y le pregunté a una chica por dónde
tenía que ir para llegar a un partido de fútbol en el que jugaba el hermano de
una amiga mía, ya que mi amiga estaba en el extranjero y el pobre niño iba a
jugar sin nadie que le apoyase. La chica decía que estaba muy lejos, al lado
del colegio X, cuya existencia yo desconocía. Me sentía tan desorientada que,
tras seguir las indicaciones que me dio durante unos metros, y ver que la
susodicha se besaba con un chico de cuya espalda colgaba una guitarra, entré en
una tienda para preguntar. Allí, un hombre con cara de amargado leía una
revista de espaldas a una ventana maravillosa por la que se veía un río con
cisnes, barcas hinchables en forma de castillo moviéndose con las olas y un arcoiris en el cielo.
Maravillada, le preguntaba qué era eso. ‘¡Pues el río V.!’ Yo, asombrada decía
que pensaba que aquello era un secarral donde iba gente a pincharse. ‘Sí, como
todo el mundo aquí…por eso sólo vienen japoneses…¿quieres un paseo en barca?’
Yo no quería que me timase como a una japonesa y rechazaba la oferta, así que
me extendía un ticket de 4€ con algo por haberme dicho dónde me encontraba. Yo
salía indignada y tras reflexionar un poco, volvía a entrar en el
establecimiento a protestar, pero el hombre había sido relevado por una mujer
de pelo corto que me ofrecía asistir a una conferencia sobre las brujas del río
para compensar. Yo accedía y en el oscuro salón de la trastienda encontraba a
dos compañeras de clase. Una de ellas sacaba del bolso unas pinzas de depilar
de plata que yo pensaba que eran victorianas (aunque en la vida he visto un
objeto como ese de dicha época). La ‘conferencia’ me parecía horrible: mal
estructurada, peor documentada, buscando horrorizar a la audiencia…así que
llegada la hora de las preguntas levantaba la mano por primera vez en mi vida y
decía muy segura de mí misma: ‘¿Hasta qué punto considera usted que la brujería
contribuyó al movimiento de liberación de la mujer?’ con la intención de
destapar cuán poco académica era esa gente. No obstante, el resto de asistentes
(menos mi amiga, que se depilaba las cejas) en vez de agradecérmelo, me echaba
ante la mirada de odio de la ponente. Y ya está.
Es un sueño TAN divertido.
ResponderEliminar¿Quién se depilaba las cejas con unas pinzas vicorianas? Yo me imagino a Remedies Loneliness con las pinzas y Rosa mirándote con odio, no sé por qué xD
Casi, eran Remedies Loneliness e Inma xD
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