Camino por la playa en bañador. La gente alrededor toma el sol y come helado pese a que hace un frío horrible, los niños juegan con las palas y hacen castillos de arena. Cada vez me cuesta más andar sobre la arena, hasta que me doy cuenta que en realidad me voy hundiendo poco a poco en ella. Como si de arenas movedizas se tratara, desaparezco poco a poco. La gente pasea alrededor de mí con total naturalidad, como si las arenas movedizas sólo me afectaran a mí. Pido auxilio pero la gente continúa a lo suyo. Cuando la arena casi me cubre ya la cabeza me despierto.